Sobre la ópera
El barbero de Sevilla está considerado por el público y por la crítica como una de las cumbres del arte cómico de Rossini y de toda la ópera bufa. Su éxito no solo reside en la altísima calidad musical de la ópera, sino en el excelente nivel del texto original de Beaumarchais, que el libreto de Sterbini -cosa rara en la época-conserva sustancialmente intacto. La ópera se estrenó en el Teatro Argentina de Roma en 1816. "Aunque aprovechó algunos modelos presentes en Las bodas de Fígaro, Rossini los aplicó a la nueva realidad social del hombre surgido de la Revolución francesa. El espíritu de la burguesía aparece vívidamente retratado en El barbero de Sevilla. Los personajes de Beaumarchais adquieren un nuevo ritmo, una psicología todavía más terrena y realista: son el espejo de la cotidianidad". El público decimonónico exigía tintes subidos, y los intérpretes se alejaban cada vez más de la tradición del bel canto, para intentar efectos musicales y teatrales completamente ajenos al espíritu ligero e irónico que anima la ópera. La edición crítica de la obra a cargo de Alberto Zedda, recuperó la letra y el espíritu original de la partitura.