Sobre las óperas
Pagliacci de Ruggero Leoncavallo es una de las obras cumbre del verismo italiano. La ópera, estrenada en el Teatro dal Verme de Milán en 1892 es uno de los títulos más notables y de más éxito del compositor. El libreto basado en un cuento de Giovanni Verga, describe una terrible historia de amor donde los celos, la pasión exacerbada y los sentimientos elementales y violentos ocupan un punto central en la narración.
La influencia de Wagner es obvia en su utilización del motivo conductor y en la densidad del tejido orquestal. En esta obra destaca una de las arias para tenor más cantadas de todo el repertorio Vesti la giubba y es igualmente célebre el fragmento, No! Pagliaccio non so.
Una tragedia florentina con música de Alexander von Zemlinsky y libreto basado en la obra homónima de Oscar Wilde, se representa por primera vez en Oviedo. El argumento está impregnado del cinismo de la obra de Wilde, la perversión de los valores, la falsa moral, el amor como negocio y el crimen como recurso para obtener beneficios, caracterizan el simbolismo de la obra.
La partitura representa el punto culminante en la producción de Zemlinsky combinando la herencia de la polifonía de la música de cámara brahamsiana y el cromatismo de los últimos románticos, Strauss y Schreker.